Investigadores del MIT están intentando desarrollar un nuevo material que sea tan ligero como un corcho, pero resistente como el acero. Tomando de inspiración a la naturaleza, observaron los huesos como un ejemplo de ligereza y resistencia en los humanos.
Para esto se basaron en el Método Kirigami, que consta de doblar papel hasta obtener una solidez difícil de romper, pero no están usando el papel en este nuevo material.
Celosía de placas
Los científicos desarrollaron este material arquitectónico llamado celosia de placas mediante la fabricación aditiva, que les permite personalizar y crear estructuras a partir del metal u otros materiales. El cual tiene propiedades mecánicas específicamente adaptadas.
Con una estructura específica y personalizada, puede desarrollarse un material ligero como los corchos, pero resistentes como el metal. El proceso consiste en una construcción modular en donde muchos componentes pequeños se ensamblan, forman y pliegan en formas 3D.
Aunque es un material muy resistente, solo se está empleando como núcleo, es decir, se coloca en el centro o en el medio, seguido lo cubren o forran con otro material. Como resultado está la pieza, pero con un peso menor y la misma resistencia.
Su uso puede ser destinado para componentes de aeronáutica, arquitectónicos, aeroespaciales o automotrices.
Otro método que utilizan es el Miura-ori, el cual permite formar materiales ultraligeros y ultrafuertes, así como poder modificar su flexibilidad. El cual es ideal para la robótica.
El problema
Este material se está empleando como núcleo solamente y para poder sellarlo junto con los demás materiales se necesita un adhesivo fuerte o técnicas de soldadura, lo cual repercute en un proceso lento, costoso y poco escalable. Pero fuera de eso, será una gran innovación con un gran futuro.